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Poleka Kasue, observatorio socio-ecológico de montaña

El mundo lleva años escuchando sobre cambio climático. Ya se han vuelto familiares las imágenes del rápido retroceso de masas glaciares y de los desiertos ganando cada vez más extensión. Los osos polares se han convertido en una imagen representativa y muy vendedora de la situación, pero en Colombia, muy cerca de la ciudad de Manizales, se encuentran ecosistemas que se presume son mucho más vulnerables y que padecen silenciosamente las inclemencias del impacto de las acciones del hombre sobre el planeta Tierra.

Los bosques alto-andinos, los páramos y los nevados, con su singular vegetación, la imponencia de sus paisajes y el bello color plata que les imprime la niebla, son ambientes que guardan como tesoros la historia de evolución de la tierra. Estas regiones están ubicadas en altitudes por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, representan cerca del 1,5% de toda la extensión del territorio colombiano y aportan agua al 70% de la población del país. Los ecosistemas de alta montaña han sido considerados uno de los ambientes más frágiles a cambios en condiciones climáticas.

Es en estos ambientes en donde el grupo de investigación SITE de la Escuela de Ingeniería de Antioquia ha establecido su “oficina de trabajo”. Desde finales del año 2008, el grupo recorre la cuenca hidrográfica del Río Claro, en el macizo volcánico Ruiz-Tolima, instalando sensores, monitoreando vegetación, estudiando los suelos e interactuando con la población. El Río Claro cuenta con lugares mágicos, desde verdes praderas ya muy colonizadas hasta magníficos glaciares. En una sola visita se asciende desde el municipio de Villa María, que se encuentra a aproximadamente 1.900 m sobre el nivel del mar, hasta las masas glaciares de los nevados Kumanday (El Ruiz) y Poleka Kasue (Santa Isabel), aproximadamente a 5.000 m.

Sectores como La Quinta, El Billar, Playa Larga, Conejeras y El Cisne, son algunos de los escenarios en los cuales los investigadores de SITE han desarrollado un observatorio socio-ecológico de montaña que han denominado, respetando la tradición indígena, Poleka Kasue. La cuenca hidrográfica en estudio fue elegida para hacer parte de la Red Global de Observatorios Socio-Ecológicos de Montaña, propuesta por la Mountain Research Initiative –MRI–. La red tiene 20 sitios en estudio, algunos con más de 50 años de antigüedad, en importantes cadenas montañosas como los Himalayas, las Montañas Rocosas y los Pirineos.

Participar en esta red es hacer parte de las grandes ligas, es estar entre los mejores. Recibir el apoyo internacional significa para la EIA, poder contribuir activamente a la construcción del conocimiento en torno a una temática que está siendo aún más crucial para el proceso de toma de decisiones de los gobiernos del mundo, ya que los impactos del cambio climático han pasado de manifestarse en los polos y la lejanía de las montañas, a sentirse en las grandes y pequeñas ciudades del mundo.

La iniciativa en términos técnicos

El propósito de este proyecto de investigación de largo plazo, es profundizar el entendimiento en torno a la función e importancia de ecosistemas de alta montaña tropicales, así como evaluar las mejores estrategias de adaptación para su conservación. Como se mencionó, las actividades se llevan a cabo en el Parque Nacional Natural Los Nevados, en el macizo volcánico Ruiz-Tolima. El sistema de monitoreo propuesto integra siete componentes de análisis:

  1. 1. Análisis de cambios en patrones de circulación (por ejemplo, procesos convectivos).
  2. 2. Diagnóstico de balance hídrico y cambios potenciales en regímenes hidrológicos.
  3. 3. Evaluación de niveles de biodiversidad y sus vulnerabilidades.
  4. 4. Rol de perturbaciones de tipo antrópico.
  5. 5. Captura y almacenamiento de carbono en suelos, turberas y microhábitats acuáticos.
  6. 6. Caracterización socio-económica, incluyendo valoración de servicios ecosistémicos, percepciones de comunidades y prácticas de uso del suelo.
  7. 7. Cambios en el largo plazo en condiciones climáticas.

Las actividades de investigación se apoyan en el análisis de datos primarios, colectados en estaciones hidrometeorológicas y en parcelas experimentales de vegetación, así como en el procesamiento de fotografías georeferenciadas y datos de un conjunto de sensores digitales que registran temperatura y humedad. Toda esta información, permite un diagnóstico del inusual calentamiento atmosférico de los niveles altos en el cinturón tropical.

Nuestra experiencia

Nuestra historia de salidas de campo (cada tres meses) para estudiar en el terreno múltiples variables ambientales, se extiende por más de siete años. En un período tan corto, nuestro grupo de científicos y personal de apoyo ha aprendido a superar el reto de hacer frente a las condiciones climáticas extremas que caracterizan a Los Nevados: temperatura del aire que en las horas de la noche alcanza valores por debajo del punto de congelación, y al mediodía valores cercanos a 15°C.

El equipo de trabajo establece campamentos en la zona de amortiguación del Parque y carga todo el peso a las zonas de interés del proyecto.Los instrumentos y equipos requeridos incluyen videocámaras portátiles, cámaras digitales, trípodes, portátiles, sistemas de posicionamiento global de nueva generación, cilindros de oxígeno, brújulas, termómetros digitales, higrómetros, altímetros, radios, paneles solares y lectores ópticos. Estos últimos se requieren para conectar computadores portátiles a sensores digitales de temperatura, humedad y punto de rocío que han sido instalados a lo largo del canal principal de la cuenca hidrográfica del Río Claro y una quebrada afluente, así como en una cuenca paralela.

Los sensores fueron dispuestos en campo con el propósito de mejorar nuestro entendimiento del impacto del cambio en condiciones de inestabilidad atmosférica en la integridad de los páramos en un escenario de cambio climático global. Ellos también llenan los vacíos de información climática histórica en zonas de la alta montaña colombiana.