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Sioma contribuye con la agricultura inteligente

Este sistema de georeferenciación creado por un estudiante de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, permite medir exactamente el nivel freático en las fincas, identificar las zonas más húmedas y determinar en qué puntos fertilizar.

Caminar por las fincas de Urabá, conocer diversos cultivos de palma y banano, y sumar a esta experiencia el conocimiento en el desarrollo de proyectos de investigación, le permitió a Santiago Correa Echeverri, estudiante de Ingeniería Mecatrónica y Biomédica en la EIA, crear su empresa Sioma, junto con dos socios: Juan Esteban Correa, su hermano, y Jaime Escobar.

Santiago se ha enfrentado a problemas reales a los que les busca alternativas de solución por medio del conocimiento científico y práctico que le brinda la EIA. Por eso, cuando supo que en las fincas no podían medir el nivel freático, se concentró en desarrollar un sistema de medición exacto para este problema.

Ahora, en su práctica profesional en la modalidad empresarial, se dedica a implementar esta tecnología en diversas propiedades de la zona de Urabá, logrando resultados de impacto en la región.

El nivel freático mide la distancia que hay entre la superficie terrestre y la primera capa de agua en el subsuelo. Las fincas deben medirlo porque, si hay niveles freáticos muy altos, las plantas pueden ahogarse; por otro lado, si está muy bajito, estas no tienen suficiente agua para su producción. Para realizar esta medición, se tenía que enviar una persona que realizara manualmente esta labor durante todo el día.

Pero ahora, la empresa Sioma brinda un sistema de georeferenciación que funciona por medio de una aplicación web, conectada a unos sensores que, hora tras hora, van mostrando las variables hídricas de la zona.

Impacto en la producción

“Por ejemplo, si yo ahora tengo una finca de 50 hectáreas con sensores y ayer llovió, yo puedo ver el nivel freático cómo varía con la curva de agua. De acuerdo a eso, puedo observar también, si mi drenaje está funcionando correctamente y cuáles son las zonas con mucha agua concentrada, porque estas se vuelven en un problema para la producción y atraen enfermedades como la Sigatoka en el banano, que se multiplica con la humedad”, explica Correa.

Sioma busca subir la productividad y disminuir los costos, pero… ¿cómo se disminuyen los costos? Con los sensores de capacidad de campo, se le puede indicar al productor dónde puede y dónde no debe fertilizar.

“Tengo tablas de muchos cultivos en donde puede verse que al variar 15 milímetros el nivel freático, puede variar en un 15 por ciento la producción, es un cambio bastante alto”, expresa Correa.

Por lo pronto, Sioma en la zona de Urabá, ya tiene implementado este sistema en cerca de 36 hectáreas y buscan continuar su proceso de expansión en la región, para luego llegar a lugares como Villavicencio y Santa Marta.